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Cuatro chascomunenses cumplieron con nueva locura en bicicleta, subieron el Aconcagua de los ciclistas

Días atrás, durante el presente mes en Salta, cuatro vecinos de Chascomús, cuatro amigos que comparten la misma pasión, las aventuras en bicicleta, decidieron realizar una nueva locura sobre dos ruedas, subir al Aconcagua de los ciclistas, el Abra del Acay (4.895 metros).

Se trata de Pablo Carosio, Eduardo Casinghino y Diego Olascuaga, quienes luego de haber cumplido con la travesía de llegar hasta Laguna Brava, emprendieron este desafío junto a Martín Guimerá, que por cuestiones personales no pudo estar en La Rioja.

En esta oportunidad, en gran asado muy bien regado, los protagonistas del viaje compartieron anécdotas, sentimientos, ruidos propios de la excursión, llantos, sabores, olores, amplitud térmica extrema, concluyendo que fue durísimo el desafío, pero los agarró mejor preparados y organizados que aquella vez en tierras de Carlos I.

Además, para la ocasión, Diego armó una crónica de lo vivido en redes sociales, precisamente en el perfil de IG “Sentir en dos ruedas”, siendo un “sitio pensado para compartir experiencias en bicicleta”, arrancando por el final pero con promesa de recopilar las andanzas de los últimos cinco años.

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Día 1 Primera Parte: Cachi (2400 metros) a La Poma (3100 metros) 60 km – 7 horas

Llegamos a Cachi desde Chascomús, hicimos noche en una cabaña. Antes de irnos a dormir alistamos las bicicletas (ver Dia 5 detalles del equipaje).

Nos levantamos temprano, desayunamos y a las 9:30 partimos hacia La Poma.

Paramos en el cartel “Cachi” y nos sacamos la clásica foto.

Los primeros 12 km hasta Payogasta el recorrido es por asfalto (siempre en ascenso). En Payogasta hicimos nuestra primer parada, donde dos lugareños nos explicaron acerca del los siguientes kilómetros (nos dijeron muy empinados).

La segunda parada la hicimos en Palermo Oeste, decidimos parar buscando una sombra dado que la temperatura era agobiante (unos 35 grados). Nos hidratamos, comimos algo y descansamos algunos minutos.

Saliendo de Palermo Oeste a pocos kilómetros entramos en el valle del rio Calchaquí. Comenzando el camino de cornisa (siempre ascendente).

Inicialmente pensamos que el primer día tendría menos dificultad, cosa que nos equivocamos porque el camino no solo tiene la dificultad del ascenso, sino que el ripio tiene muchos serruchos muy pronunciados. Los paisajes son alucinantes, valles verdes muy bonitos.

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Día 1 Segunda Parte: Luego de recorrer alrededor de 40 km y de consumir nuestra agua (cada uno de nosotros llevaba 3 litros de agua), paramos en una casa a pedir agua. En una modesta casa vive Carlos que gentilmente nos permitió cargar agua fresca en su canilla proveniente del manantial. No solo nos brindó agua sino que nos mostró la Momia que atesora.

Luego de salir del camino de cornisa nos encontramos con una recta ascendente con viento en contra. Después de recorrer 53 km, dado el calor agobiante, paramos en la casa de Emilia (Paraje Campo Negro) que también gentilmente nos ofreció agua para reponer nuestras mochilas y para refrescarnos.

En la primer jornada y en las sucesivas, varias veces tuvimos que cruzar rebaños de cabras que ocupaban toda la calzada.

Luego de recorrer 60 km por fin nos encontramos con el pintoresco pueblo de La Poma, aun recordamos la alegría del momento y en nuestros rostros se notaba el cansancio producto del esfuerzo de nuestra primera jornada.

Al ingresar a La Poma nos recibió Margarita en su Hostal El Acay. Nosotros previamente nos habíamos contactado con ella dado que el plan era hospedarnos para pasar dos noches en La Poma de forma tal de tener una jornada de aclimatación de altura.

Capítulo aparte Margarita nos atendió como si fuera nuestra Madre.

Aclaración: desde el comienzo pautamos realizar el primer día regulando considerando dejar reservas (energía) para los siguientes días y considerando la altura (sabíamos que con el correr de los días el oxígeno sería mas escaso). Pero todos los cálculos previos no se dieron. Nos encontramos con una primer jornada mucho mas dura de lo que imaginamos previamente por la sumatoria de: la complejidad del camino, la temperatura (por consiguiente el consumo excesivo de agua).

Si lo que considerábamos mas fácil de la travesía (el primer día) se había hecho tan complicado ya anticipábamos lo duro que serían las siguientes jornadas.

A la noche salimos a cenar. Cabe aclarar que en La Poma solo hay dos lugares donde cenar, en el Hostal de Margarita y en lo de “Silvia”. Este comedor es concurrido por los lugareños, lo que lo convirte en un lugar especial, no es el típico restaurant…

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Día 2: Aclimatación en altura en La Poma 20 km (recorriendo el pueblo) 1 hora.

El día 2 se caracterizó por una jornada de esparcimiento. Pedaleamos unos 20 km (sin carga) con el objetivo de recorrer el pueblo y aclimatarnos. Visitamos entre otras cosas La Poma vieja y subimos al cristo, desde ahí se puede apreciar todo el pueblo.


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Día 3: La Poma (3015 metros) a casa de Flavia (4000 metros) 30 km – 7 horas

Nos levantamos temprano, los cuatros no habíamos dormido bien dado la altura y la ansiedad por lo que nos esperaba las siguientes jornadas.

Desayunamos y alistamos la carga en nuestras bicicletas.

Partimos a las 8:45 hs. y nos enfilamos hacia la casa de Flavia. Luego de recorrer escasos kilómetros nos dimos cuenta que habíamos salido demasiados abrigados, paramos para quinarnos ropa, en ese momento pasó una moto y nos dijo que teníamos un “maple de huevos”.

Hasta llegar a Saladillo (15 km) no encontramos algo muy diferente a lo vivido en la primer jornada.

En Saladillo hicimos nuestra primer parada enfrente de la escuela. Ahí hay un puesto sanitario donde nos dieron agua para recargar nuestra mochilas.

A partir de Saladillo el camino se convierte en un recorrido de pendientes muy pronunciadas e intimidantes.

En cuatro oportunidades tuvimos que vadear al rio Calchaquí, en mas de una oportunidad nos descalzamos para cruzarlo caminando sin mojarnos las zapatillas.

Luego de 7 horas llegamos a la casa de Flavia, que a los 4.000 metros de altura es ultimo paraje que se puede encontrar en este recorrido. Este paraje tiene la particularidad de contar con una sola casa donde vive Flavia con sus dos hijos (Luisa y Fernando). Flavia vive de la cría de animales (cabras y llamas) y de la venta de artesanías que ella misma teje con la lana de sus animales.

Flavia nos permitió acampar al lado de su casa.

Para nosotros fue una experiencia única. Armamos las carpas siempre rodeados de cabritos y llamas. Pintoresco y complicado a la vez dado que los animales por curiosidad dificultaban un poco la tarea.

Luego de armar las carpas y abrigarnos nos dispusimos a cocinar para cenar. Nosotros para esa noche previmos comida pre preparada, específicamente calentamos en anafe 4 sobres de comida y antes que anocheciera nos fuimos a dormir. Ya en ese momento la temperatura había descendido mucho, anticipando lo frío que sería la noche.


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Día 4: Ascenso: Casa de Flavia (4000 metros) al Abra del Acay (4895 metros) 15 km – 5 horas.

Nos despertamos a las 6:30 horas luego de dormir algunas horas (ninguno de los cuatro pudo dormir demasiado por la altura y el frío)

Desayunamos y alistamos todo nuestro equipaje (carpa, bolsa de dormir, bolsos, etc.) y dejamos nuestro equipaje en casa de Flavia y comenzamos el ascenso.

Los siguientes 15 kilómetros y 5 horas se caracterizaron por curvas y contra curvas muy pronunciadas con un nivel de ascendencia importante. La combinación de: falta de oxigeno por la altura, agresiva pendiente (ascendencia continua), tipo de terreno (ripio con serruchos) y fuerte viento y frío. Hicieron de esas 5 horas una experiencia nunca vivida por nosotros, el esfuerzo fue extremo. Cabe aclarar que llegamos entrenados (pedaleamos unos 600 km por mes) y previamente realizamos travesías en: Sierra de la Ventana, Tandil, Laguna Brava (4.200 metros de altura en La Rioja), Córdoba: Rio Pinto, Copina, Champaquí.

Luego de recorrer mas de 14 kilómetros nos detuvimos a tomar aire, estábamos felices que haber podido recorrer con muchísimo esfuerzo esos kilómetros sin bajarnos de la bici y anticipábamos que estamos a escasos metros de llegar a la cima. Con el ultimo aliento y esfuerzo realizamos la última zeta para encontrarnos con el famoso cartel que tanto habíamos soñado. El cartel que menciona los 4895 metros. Tiramos al piso literalmente las bicis y nos abrazamos los cuatro muy emocionados.

Nos sacamos fotos, nos abrigamos y comenzamos el descenso.


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Día 4: Descenso: Abra del Acay (4895 metros) a La Poma (3100 metros) 46 km – 3 horas:

El descenso lo hicimos muy rápido, lo que nos tomó 5 horas para ascender nos tomó 1 hora para descender. Esto requirió mucha concentración y técnica para esquivar serruchos y girar las curvas cuidando el precipicio (muy adrenalinico).

Más allá de la experiencia de bajar a estas velocidades, teníamos por delante el resto de la jornada dado que nos habíamos puesto como objetivo llegar a La Poma ese mismo día para poder dormir en una cama calentita de la Hostería de Margarita.

Al llegar a la casa de Flavia cargamos el equipaje en nuestras bicicletas y seguimos el descenso.

Llegamos a La Poma con la satisfacción de haber logrado el objetivo, a pesar que al otro día con el agotamiento físico y psicológico nos quedaba la ultima jornada de la travesía (llegar a Cachi).

Esa noche Margarita nos preparó una milanesas a caballo con papas fritas que nunca olvidaremos.

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Día 5: La Poma (3100 metros) a Cachi (2400 metros) 59 km – 4 horas

Nos levantamos, desayunamos y alistamos las bicicletas.

Esa jornada se caracterizó por un pedaleo relajado, disfrutando por demás de cada escenario que nos regalaba el lugar y permitiéndonos sacar las fotos que en el ascenso no habíamos podido tomar.

Al llegar a Cachi paramos a comer una empanadas con cerveza. Algo muy placentero pero no previendo que aun nos quedaban los últimos 3 kilómetros hasta llegar a la cabaña donde habíamos dejado la camioneta (nuestro destino final en bicicleta).

Detalle del equipamiento:

1.                                                                       Carpa de alta montaña

2.                                                                       Bolsa de dormir para bajas temperaturas

3.                                                                       Colchoneta inflable

4.                                                                       Mini anafe (Marmita)

5.                                                                       Olla

6.                                                                       Ropa térmica

7.                                                                       Calzas
Ojala que estos relatos y detalles les sirvan a quien quiera realizar esta aventura que para muchos es el Aconcagua de los ciclistas.