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Merlo Ocampo homenajeado en San Luis por el Nacional del 98 compartido con San Cirano de Urruty y Giambroni

Tres chascomunenses fueron protagonistas el pasado sábado en San Luis. Por un lado, Santi Wallace y Teo Ferrari estuvieron en el inicial del Marista, que perdió 24-48 por el URBA Top 12. Y, además, Hernán Merlo Ocampo fue uno de los homenajeados del anfitrión por el Torneo Nacional Nacional de Clubes ganado en 1998.

Es que el Toro fue parte del plantel platense que festejó por primera vez tras la final empata en 22 en cancha del CASI, alegría compartida con otro que debutaba en cuanto a consagraciones, San Cirano de los también chascomunenses Santiago Urruty y Diego Giambroni, ambos en la actualidad siendo parte del rugby de Chasco.

Tan importante fue ese Nacional del 98 para ambas instituciones, que los de Villa Celina fueron invitados a los festejos por los 60 años de San Luis, que estará llegando a un nuevo aniversario el 15 de diciembre.

Empate en la final y dos campeones primerizos (nota del diario La Nación)

Ese final en la piscina del CASI, cumpliendo con el ritual de los campeones, fue todo un símbolo. La imagen de los jugadores y los hinchas de San Luis y San Cirano compartiendo la locura en el agua se convirtió en una síntesis de una tarde inolvidable para ambos clubes. Porque tanta alegría y tanto color, entregados por las casi 2000 personas que coparon San Isidro con sus banderas y su pirotecnia, no merecían terminar en amargura. Entonces, el empate apareció como una decisión salomónica. Festejaron en La Plata y en Villa Celina.

Fue empate en 22 y alivio para todos. Por primera vez en el Torneo Nacional de Clubes se coronaron dos campeones. Al cabo, fue un acto de justicia. Los dos pusieron la misma dosis de fervor, de color y de pasión; en cantidad suficiente para no irse derrotados.

El duelo de los chicos, desacostumbrados a estas cuestiones de codearse con los títulos, sólo entregó acciones emotivas y una tensión permanente. Las acciones de riesgo y el juego abierto quedaron para otra ocasión. El resultado y el dominio del desarrollo no tuvieron dueño. Los dos equipos tropezaron con las mismas dificultades en el line, igual empuje en el scrum e idéntica actitud para defender. Hasta se parecieron en el modo de atacar:con los forwards pegados a las formaciones y apostando a los pies de Altube para los platenses y de Giambroni para San Cirano (fue el más certero de los dos).

Lo mejor llegó al final. San Cirano, que había estado arriba en el marcador en gran parte del partido, a dos minutos del final casi se quedó sin nada. El try del capitán Federico Flores puso el resultado 22 a 19 para San Luis y pareció definir el partido.

Pero el amor propio de San Cirano fue en busca de la última oportunidad. Pero en realidad tuvo dos. La primera la desperdició Giambroni (falló un penal frente a los postes), y la segunda llegó cuando el árbitro inglés Roy Maybank ya había jugado cuatro minutos después de los cuarenta. Esta vez sí era la última y Giambroni no la desperdició; puso el resultado definitivo: 22 a 22.

El final los encontró festejando a los dos. Al principio tímidamente (la mayoría desconocía la forma de definición) y después con el descontrol que terminó en el agua. Con la alegría de San Luis y de San Cirano, campeones por primera vez.