FUTBOL

En Tandil recordaron el andar de Juan Pedro Gauna, el Colo, un “5” que hizo historia grande

Bajo el título “Gauna, un “5” que hizo historia grande en Tandil”, el diario El Eco se hizo eco del andar del único chascomunense que fue compañero y rival de Diego Armando Maradona, de Juan Pedro, del Colo, por Ramón Santamarina, entre otros equipos serranos, en la década del 80, compartiendo plantel con laguneros, como los hermanos Armendáriz (además de Sommi), bajo la dirección técnica de Daniel Romeo, también vinculado por amistades a la ciudad de Alfonsín.

La nota es la siguiente:

En tiempos en que era habitual la llegada de futbolistas desde el profesionalismo de Buenos Aires a Tandil, la incorporación de Juan Pedro Gauna fue una de las más resonantes. Lo trajo Ramón Santamarina, en 1984, para iniciar la campaña que derivó en la clasificación al Nacional, logro largamente anhelado.

No fueron las únicas conquistas del “Colorado” en esta ciudad, ya que también integró los equipos campeones de Grupo Universitario (1986) y Ferrocarril Sud (1987).

Gauna había jugado más de cien partidos en la Primera División de San Lorenzo de Almagro y estuvo dos años en Argentinos Juniors, con Diego Maradona entre sus compañeros. Desde su Chascomús natal, repasó para este Diario parte de su trayectoria.

-¿A qué edad fuiste a San Lorenzo?

-En Sexta División, tendría 17 años. Llegué a Primera en el ’74, con el equipo que fue campeón, hicimos una gira por España. Al año siguiente debuté oficialmente y me mantuve hasta principios del ‘78. Me tocó coincidir con Scotta, el “Negro” Ortiz, Veglio, Cocco, Villar y otros que están en la historia grande del cub.

-¿Ya eras “5” u otro tipo de volante?

-En inferiores jugaba de “10” o de “8”. Me gustaba de “5”, pero no me daba tanto el físico, era un puesto donde se desempeñaban más jugadores con otro porte. En Tandil sí, siempre jugué en esa posición.

-¿De San Lorenzo pasaste a Argentinos?

-Sí, a principios del ’78, con Victorio Spinetto de técnico. Coincidí con dos tandilenses, Roberto Rigante y Héctor Arrieta.

-Y con un tal Diego Maradona…

-Un fuera de serie. Estaba todo el día pegándole a la pelota. Le apuntaba al bidón de agua y le acertaba de donde quería. Ya lo había enfrentado, estando yo en San Lorenzo.

-Fue la época en que quedó fuera del Mundial de Argentina.

-Claro, estuvo cerca y no terminó entrando en la lista de Menotti, en el seleccionado que fue campeón. Y al año siguiente estuvo en el Juvenil que ganó el título en Japón.

-¿Cómo se dio tu salida de Argentinos?

-Había llegado Delem y me dijo que no iba a tenerme en cuenta. No estaba bien la relación con el club y pasé a préstamo a Almagro, en la Primera B, en el ’80. Hicimos buena campaña, con “Chiche” Sosa como técnico.

Al año siguiente, Nelson Chabay me llevó a Guaraní Antonio Franco de Misiones. Entramos dos veces al Nacional y en la tercera perdimos la final con Chaco For Ever. Mi siguiente club fue Defensores de Belgrano, en la B, porque me vio Eduardo Deluca, que estuvo mucho tiempo como segundo de Julio Grondona.

Llegar a las sierras

-¿Cómo se dio tu primer contacto con Tandil?

-Tenía todo encaminado para ir a San Martín de Tucumán y salió lo de Tandil. Tenía familia, preferí estar más cerca y arreglé con Santamarina para el campeonato local del ’84, que lo ganamos de forma invicta. Ahí estaban los hermanos Armendáriz, también de Chascomús. Del resto, no conocía a nadie.

-¿Con quién arreglaste tu incorporación?

-Con “Memo” Depietri, un fenómeno. Nunca me voy a olvidar la felicidad que tenía cuando ganamos el torneo local y el Regional, los disfrutó mucho.

-¿Qué virtudes tuvo ese equipo para llegar tan lejos?

-Nos hacíamos fuertes en todas las circunstancias. Tandil nunca había llegado al Nacional y ese grupo lo logró. Estábamos bien armados, era difícil que nos llegaran mucho.

-Pasaron la zona con tres equipos de Primera División.

-Sí, quedamos debajo de Estudiantes de La Plata y superamos a Platense y Racing de Córdoba. Independiente nos sacó de la ronda de ganadores y perdimos por penales con Central Norte de Salta.

-Le convertiste el 1-0 a Independiente, en Avellaneda. ¿Cómo fue ir ganándole al vigente campeón de América e intercontinental?

-Sí, el gol fue de tiro libre. Pegó en la barrera, se desvió y se metió. Íbamos bien, hicimos un primer tiempo bárbaro. Después, Independiente nos ganó 3-1 y también nos superó en Tandil.

-¿Seguiste en Santamarina?

-Estuve en el torneo local del ’85, tratando de llegar otra vez al Regional, y perdimos por penales la final con Independiente. Ahí estaban dirigiendo Omar Corsi y “Yiyo” Conte.

-¿Cuál fue tu siguiente paso?

-A la salida del estadio San Martín, me vino a ver “Palito” Lonardi, que estaba dirigiendo a Sportivo Piazza de Azul. Al otro día vinieron de Independiente de Tandil, pero ya les había dado la palabra a los azuleños, así que ese Regional lo jugué allá.

-¿Cómo se dio tu vuelta a Tandil?

-Me lo propuso Horacio Rodríguez, habíamos sido compañeros en Santamarina, para jugar en Grupo Universitario. Ahí también salimos campeones y entramos al Regional, ya con el “Conejo” Tarabini de técnico. Perdimos la semifinal con Almirante Brown, estuvimos cerca del Nacional B.

-¿Después te sumaste a Ferro?

-Sí, me llamó Jorge Trezeguet, con quien habíamos jugado juntos en Almagro. Teníamos un gran equipo, tan bueno como Santamarina o Grupo. No sé qué pasó, pero poco antes del Regional se fue Trezeguet. Ahí vino Roberto Zapata, ya no fue lo mismo y no pasamos la primera ronda.

-¿Te quedaron amistades en Tandil?

-Sí, es una ciudad en la que me trataron muy bien. Mi hija más chica es nacida allá. No he vuelto demasiado, pero tengo los mejores recuerdos.

-¿Seguiste jugando?

-Después de irme de Ferro dejé de jugar, tenía laburo en Chascomús y me radiqué en mi ciudad. Hice un año en mi club, Alumni, y otro en Atlético; ya en torneos locales.

-¿De esos años en Tandil, algún jugador te impresionó especialmente?

-Varios, porque había un nivel muy alto. Sommi era un gran jugador, con potencia; en Grupo había gente grande como Juan Gamalero, “Tato” Medina, “Beto” Alonso, “Ñato” Varales y Gerardo Villar, que tenían destacada trayectoria; en Ferro coincidí con Mario Vener, otro fenómeno que después hizo muy buena carrera. Es injusto nombrarlos, porque me estoy olvidando de otros también destacados.