El empate en un gol le alcanzó a IFC de Castelli para consagrarse campeón, haciendo valer la victoria de la ida
Independiente FC de Castelli sumó su nombre por primera vez al historial de campeones de la LCHF en la tarde de este domingo, tras empatar 1 a 1 de local con Atlético Chascomús y ganar la serie global, tras su triunfo por 3-2 del partido de ida.
El elenco dirigido por Pablo Rodolfo Corti, ex jugador de Aldosivi de Mar del Plata e Instituto de Córdoba, sacó provecho de la ventaja lograda -en gran remontada, tras estar dos goles abajo- en la ida y planteó un partido en base a esa circunstancia.
Con jugadores con oficio y mayor experiencia logró llevar en la mayor parte del partido el juego al terreno que más le convenía para alcanzar el objetivo llamado campeonato.
La concreción del título, tras la pitada final de Gabriel Igarategui, desató la fiesta del “pueblo gitano” que por largos minutos tuvo su epicentro en el “Antonio Vincenti” para extenderse luego a la céntrica Avenida 25 de Mayo de Castelli y desde allí a la sede de la calle Bolívar, generando un carnaval en plena mes de agosto.
Por cierto en una final en la que hubo detalles, que terminaron resolviendo el pleito el campeón fue el que supo usufructuarlos y en tal sentido aquilató los merecimientos necesarios para lograrlo.
Atlético Chascomús que fue con la obligación de ganar el partido, aunque lo intentó no pudo.
Abajo en el marcador del encuentro desde cerca del final del primer tiempo, lo logró empatar a veinte del final (con el descuento incluido) y aunque insistió no encontró la manera de alcanzar el segundo gol que llevara la definición de la final a los tiros desde el punto del penal.
Fue evidente que a “el aguacero” el título no se le escapó en este juego desquite, sino en el primero.
Hacía más de treinta y cinco años que Atlético no perdía una definición mano a mano fuera de Chascomús a nivel de la LCHF, y si bien naturalmente el sentimiento de sus jugadores e hinchas era de desazón esa situación no fue impedimento -como siempre ha sido norma en la entidad- para el reconocimiento y el saludo al vencedor.
Por lo demás, en un marco que estimamos de 1200 a 1500 personas, todo resultó una fiesta del fútbol por el colorido y el calor que le pusieron los espectadores en la previa, durante y después del juego, pero también porque en el campo de juego los protagonistas más allá del fragor lógico de las acciones, colaboraron a que así sucediera.
La entrega de los trofeos, en particular al campeón, marcaron el momento cúlmine de lo sucedido en la segunda final de primera división del Apertura 2023, con la especial significación que para IFC significa que el trofeo en juego llevase el nombre de Emilio José Vincenti.
EL PARTIDO
Con apenas una variante por lado en relación al juego de dos semanas atrás, IFC y Atlético iniciaron el partido. En el dueño de casa, el marplatense Agüero en el ataque por Poveda y en “el aguacero” Celano, por lesionado Gabriel Piñero.
Atlético que arrancaba el partido 0-1 en el global de la serie salió dispuesto a presionar sobre su rival desde el vamos y así antes del minuto, tras una pelota aérea jugada al área local, el útil quedó para la volea de Aldas que se perdió por muy poco afuera contra el palo derecho de Cordero, que un minuto y medio después se quedó con un cabezazo de Cano tras una pelota detenida en favor del albirrojo.
El visitante intentaba por entonces con Bailleres recostado por izquierda, y pasados los cinco una combinación de Aldas y González Expósito que entrañaba potencial peligro terminó diluyéndose.
Una falta de Celano a “Tuta” Barrios, que anduvo bastante por el piso, determinó la primera amarilla del partido decretada por Igarategui.
Enseguida, Serio se encargó de mantener su arco en cero con dos estupendas intervenciones. Primero con una fantástica tapada ante Agüero y después con una estirada notable, para sacar contra su palo derecho un disparo de Sogos.
Sobre el cuarto de hora el partido se comenzó a jugar como más le convenía al dueño de casa. La presión del dueño de casa que arrancaba con Agüero, el primer defensor del equipo de Corti, le cerraba espacios y cortaba circuitos de juego a un Atlético, a cuyo estilo juego tampoco ayudaba el estado de la cancha con bastantes matas.
IFC se mostraba más práctico e imponía condiciones en algunos duelos individuales, en un marco donde el trámite poco a poco se fue haciendo más ordinario y cortado. La presión -en varias ocasiones duplicando al rival- le rendía sus frutos al “rojo de la Bolívar”.
Atlético intentó llegar con algunos balones por arriba, en especial con pelota detenidas desde el tiro de esquina -dispuso en una docena de ocasiones en todo el partido-, pero sin lograr capitalizarlas.
En una de ellas con Igarategui muy cerca de la acción, su gente reclamó una falta contra Cano en el área rival que el árbitro desestimó. En la continuidad de la jugada, hubo falta sobre el carril derecho del ataque de favor IFC, cerca del área albirroja.
Avalos, el dueño de casi todas las pelotas detenidas en el rojo castellense, la ejecutó en forma de centro. Barrios anticipó de cabeza el balón que picó justó antes de Serio que con esfuerzo logró rechazarlo a medias, y esta vez el que ganó la posición fue Vandevalle que con un derechazo alto infló la red para poner en ganancia a los suyos y estirar la diferencia a dos goles en el global. Otra vez una pelota quieta le abrió la llave del gol a IFC y complicó a “el aguacero”.
Iban 41 minutos del primer tiempo.
Antes del cierre del parcial, una media vuelta de González Expósito pasó cerca de un palo, pero que también Atlético sufrió un mano a mano -tras un pase en profundidad- de Agüero con Serio, en el que prevaleció el arquero.
Para el arranque del complemento Bona movió el banco y cambió el esquema. Sacó a los amonestados Celano y Castiglioni y mandó a la cancha a Martín Pérez -volvió tras una molestia en una rodilla que lo tuvo afuera casi todo el torneo- y a Cánepa. Pasó a jugar con tres el fondo, con Pérez, Lucastegui y Cano, mientras que Prado se transformó en un volante más, mientras que Cánepa fue a jugar por la izquierda para quedar casi con tres puntas.
De movida una buena combinación del ataque albirrojo le faltó prosperar en la puntada final, ante el rechazo justo de un defensor local y poco después Aldas sacó un disparo apenas alto.
IFC respondió con un disparo de Sogos, que se fue cerca del segundo palo de Yael Serio.
El dueño de casa con la ventaja que la aseguraba el título retrotrajo líneas y achicó espacios. Atlético si bien logró tener más la pelota, le costaba poder prosperar en sus intentos ofensivos. En parte por cuestiones propias, pero también porque su rival estaba bien plantado atrás con un Vandevalle que sacaba todo y un Cherutti que tuvo varios cierres oportunos sobre su sector, pero además todo el equipo empezando por Agüero trabajaba y presionaba para no dejarlo salir con comodidad al albirrojo, obligándolo a tirar pelotazos en muchas ocasiones a dividir.
Cierto es que también el dueño de casa aprovechó cada posibilidad que se daba en el trámite para cortar y quitarle ritmo al partido, con el afán que los minutos fueran pasando.
En la vereda de enfrente, en la media hora con el ingreso de Palazzo por Lucastegui, el albirrojo -necesitado de hacer por lo menos dos goles para igualar el global- pasó a jugar casi “mano a mano” atrás. Antes, Prado le había dejado su lugar al uruguayo Bermúdez Castro.
Precisamente este jugador sobre los 35 minutos clavó desde afuera del área un zapatazo en el ángulo derechazo del arquero Cordero, que no solo puso a su equipo a un gol de forzar los penales, sino que mostró el camino a sus compañeros de avanzada, de un juego más directo. Es que hubo ocasiones en que el albirrojo hizo un toque más cuando se imponía buscar directamente el arco rival.
El gol obviamente tuvo su efecto en uno y otro. Porque para el visitante fue un envión anímico y en la visita se abrieron algunos interrogantes tanto adentro como afuera de la cancha.
Así Atlético en un par de pelotas aéreas que mandó al área rival encendió alarmas para Cordero, que parece sufrir las pelotas cruzadas que caen en su zona y en una de ellas cortó a medias, pero un compañero de defensa alcanzó a salvar la situación.
Pero también tuvo una volea de Cánepa que se fue al lado de un palo y enseguida Palazzo no pudo de cabeza con Cordero.
IFC decididamente volcó sus esfuerzos en defender la ventaja y apostar a algún contragolpe -que no prosperó- aprovechando los espacios que dejaba el rival.
En el adicional de ocho minutos que otorgó Igarategui -que después agregó uno más- pero que parecieron exiguos con las varias detenciones que tuvo el parcial, Atlético con Martín Pérez como un delantero más buscó “el bochazo” salvador que llevara la final a la definición por penales en medio de una incertidumbre, que se vio potenciada por la expulsión de Bengochea en el dueño de casa.
Por eso recién cuando el árbitro pitó el final Independiente Fútbol Club de Castelli pudo dar rienda suelta a su festejo y que el trofeo como un nombre tan significativo para toda su gente como el de “Emilio José Vincenti” quedaba en sus vitrinas.
SINTESIS
Cancha: Antonio Vincenti (IFC de Castelli)
Juez: Gabriel Igarategui
Asistente. Braian Córdoba y Abigail López
Atlético: Yael Serio; Tomás Prado (José Bérmudez Castro), Tomás Cano, Ignacio Lucastegui (Gastón Palazzo), Carlos Celano (Martín Pérez); Tomás Otondo, Marcos Manzzoni, Martín Castiglioni (Facundo Cánepa), Francisco Bailleres (Baltasar Apaolaza); Braian Aldas, Federico González Expósito. DT Martín Bona.
IFC Castelli: Contreras; Thiago Tucci, Tomás Vandevalle, Luciano Cherrutti, Sebastián Acha; Juan Sogos (Santiago Pascua), Bruno Avalos (Claudio Bengochea) , Jacobo Mansilla, Carlos Márquez (Sebastián Insua); Gabriel Barrios (Sergio Poveda), Guillermo Agüero. DT Pablo Corti
Goles: PT 41m Vandevalle. ST 34m Bermudez Castro
Incidencias: ST 50m exp. Bengochea.